Red Rising #2
Unos
personajes maravillosos y una trama todavía más genial con mucha
intensidad
NOTA: 4,5/5
Como sabéis
hace poco he releído el segundo tomo de Red Rising y como ya
tenía una reseña hecha de la primera vez que lo leí en lugar de
escribir otra o no escribir ninguna he decidido actualizarla
y volverla a subir. Hoy vamos a hablar de Hijo dorado.
Al tratarse
de una segunda parte no quiero adelantar mucho de la trama; solo
diré que es mucho más intensa, mucho más sangrienta y con
muchísima más tensión que en su primer tomo: Amanecer rojo. En este segundo libro hemos subido de nivel y lo que antes
era un juego de niños ahora es la vida real. La lucha es más
grande, ya que, ahora se enfrentan a una guerra, a una guerra para
obtener el poder absoluto. Por lo tanto, estas son mucha más
brutales y muchísimo más crueles. Todo se magnifica, todo es más
grande y más épico. Además, la acción no ocurre en un solo lugar,
sino que se extiende por el espacio y varios planetas. En cuanto al
ritmo, este sigue a la acción sin descanso y los personajes
prácticamente no tienen tiempo ni para dormir.
En Hijo
dorado encontramos un chico, a Darrow, un par de años mayor, con
más experiencia, más maduro en muchos aspectos y mejor situado que
el niño que conocimos en las primeras páginas de Amanecer rojo.
Podemos decir que Darrow sufre una gran
evolución desde que lo conocimos e
incluso dentro de la
misma novela. De todas formas, no es el único personaje que
evoluciona a lo largo de toda la historia. Otros muchos también lo
hacen y van moldeando su carácter, su personalidad y su fidelidad
para y con la causa a medida que avanza la historia. Es genial ver
como se forman las alianzas e incluso más genial todavía ver como
todo se desmorona: porque no te lo esperas, pero al echar la vista
atrás ves todas las pistas y como todo encaja. Esta segunda lectura
me ha ayudado mucho a poder apreciar mejor estos aspectos porque ya
sabía como iba a terminar y he podido ver de ante mano como se iba
desarrollando la acción.
Darrow
sigue luchando por sus ideales; o por los de Eo. Lucha por un
futuro; y cada vez son más los que se suman a su causa. Además,
cada vez son más los que conocen su verdadera identidad. Encuentra
nuevos aliados, reafirma viejas alianzas y es traicionado en más de
una ocasión por aquellos que creía sus amigos. Por lo tanto, la
confianza y la traición son dos temas recurrentes en todos los
capítulos.
Como
siempre, necesito hacer una pequeña mención al final de la
historia. Y
es que ese final. Esas dos últimas páginas no están
escritas para corazones débiles. Si te descuidas un segundo te lo
arrancan, te lo trocean en mil pedazos para luego tirarlo por un
precipicio al mar donde se lo come un tiburón hambriento. Un final
muy intenso, pero maravilloso que le da un tremendo giro a la trama.
La verdad es que Amanecer rojo me mantuvo enganchada a sus
páginas de una manera que su segunda parte no ha conseguido, pero
Hijo dorado
lo supera en la
mayoría de los aspectos. Todas
las bases que construye Pierce Brown en su
primer tomo salen a
flote en este segundo; y sin esa pequeña semilla no podíamos llegar
donde nos encontramos ahora.
Hijo dorado supera su primera parte en intensidad, en
evolución de los personajes y en la trama en sí, que ahora es mucho
más real, más sangrienta y más cruel. No puedo esperar por leer el
desenlace de la historia de Darrow y sus amigos y descubrir donde les
lleva ese último capítulo tan negro.
¿Lo habéis leído?
Un beso.
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