Una
historia rápida de leer, pero con un estilo demasiado cotidiano.
NOTA:
2,5/5
Todos
hemos visto pequeños trozos de conversaciones de whatsapp entre las
princesas Disney viviendo en nuestra vida moderna y me pareció
graciosa la idea. Este no es mi tipo de libro,
pero pensé
que podía ser una lectura fácil y rápida para intentar
desatascarme de otra que tenía algo parada. Y funcionó.
Como
siempre empiezo por aquello que no me ha terminado de convencer. En
primer lugar, el estilo de narración. No he
conectado para nada con la forma de escribir del autor.
Entiendo que le va bien a este tipo de historias de humor, pero no me
ha gustado. Hay expresiones demasiado cotidianas y aunque quieras
reflejar una conversación a través de mensajes en el móvil no hace
falta escribir mal.
En
segundo lugar, creo que las situaciones que
plantea están demasiado llevadas al
extremo. Todos hemos estado en diferentes grupos de tipos
diversos y hemos vivido estas conversaciones. No obstante, estas
situaciones ya son cómicas de por sí; y en mi opinión muchas de
ellas las ha exagerado tanto que con ello han perdido ese sentido de
realidad que hace que te sientes identificado.
Tampoco
han terminado de convencerme mucho algunas
conversaciones que parecían más de cara
a cara que
virtuales. De hecho, el propio autor intenta corregir este
detalle hacia el final del libro introduciendo además de
conversaciones a través del teléfono móvil –que vendría a ser
todo el libro– con algunas conversaciones cara a cara editadas de
distinta forma.
De
todos formas, lo que menos me ha gustado de
todo el libro es el criticar de todas las chicas. Hay el
estereotipo de que las chicas nos criticamos entre nosotras y puede
que parte de verdad tenga. No obstante, me da la sensación que en
los últimos años estamos intentar solucionar este detalle y nos
apoyarnos y respetamos entre nosotras muchísimo más. En este
detalle, se ha delatado el género del autor, ya que, me gusta pensar
que una autora moderna no describiría esta situación sin la clara
intención de denunciarla.
Pero
no todo ha sido malo. Es inevitable verse
reflejado en muchas de las conversaciones que mantienen las chicas,
sobre todo, en aquellas relacionadas directamente con la vida en la
universidad. Todos hemos vivido esos momentos que describe en la
biblioteca o durante las horas previas a un examen.
Además,
es un libro que por su forma de estar contado, a través de
conversaciones por el móvil, es muy rápido y
ligero de leer. Realmente, aunque el estilo no me convencía
no podía soltarlo, iba pasando páginas una detrás de la otra hasta
llegar el final. Cada capítulo te deja con ganas de saber más.
Las
princesas van a la universidad es un libro que se lee de una sentada.
Con conversaciones que todos hemos vivido a pesar de estar muy
exageradas. Y a pesar de no ser mi tipo de lectura ha cumplido con su
propósito.
¿Lo
habéis leído?
Un
beso.
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