R | Y el mundo no dejaba de girar, de Susanna Herrero

⭐⭐⭐, 5

Vivimos el primer amor junto a Osune, al mismo tiempo que también vivimos su peor año.

Y el mundo no dejaba de girar es una historia que seguramente no hubiera leído si no fuera porque lo leímos en el club de lectura y hubiera sido una pena. Me ha gustado bastante, me ha gustado mucho la historia romántica, los dos personajes principales y el ambiente que tiene. Además, me ha dado mucha nostalgia de mis años en el instituto. No obstante, hay un par de aspectos que no han terminado de cuadrarme en la trama más dramática, algunos puntos sobre ella no han terminado de parecerme verosímiles.

La premisa me ha gustado y me ha parecido interesante. Chica que empieza su último año de instituto y que sin ella saberlo va a vivir el mejor, pero también el peor año de su vida. Me ha parecido interesante juntar estos dos momentos y hacer que la protagonista pase por ellos al mismo tiempo y explorar el conflicto que supone para ella. Por un lado, Osune se siente enamorada, la más afortunada y feliz; pero por el otro lado y al mismo tiempo, siente una gran pena y una impotencia en su interior que no sabes gestionar y eso hace que se sienta mal por estar feliz, pero también le hace sentirse mal por no disfrutar de esa felicidad.

Pasando a hablar de los protagonistas. Osune es una chica que tiene un pasado algo trágico, pero ella es feliz viviendo con su abuela en un pueblo cerca de la playa a las afueras de Bilbao. Es una buena estudiante, le encanta hacer esquemas y siempre llega tarde a todos lados. También sale todos los días a correr con su perro, le gusta hacer tortilla con su abuela y le cae regular Paul.

¿Qué puedo deciros sobre Paul? No esperaba quedar rendida a los pues de un chico de 17 años, pero ha pasado. Es divertido, guapo y tiene el punto justo de atrevimiento y picardía para parecer rebelde sin serlo. Paul es el chico gracioso de clase y le encanta en especial hacer saltar a Osune; no lo hace con malicia, pero necesita que ella se fije en él.

Empiezo hablando del momento más feliz. No es ningún secreto que Osune y Paul tienen sus ideas y venidas y más ahora que empiezan a sentirse más atraídos el uno por el otro. Me encanta la pareja que hacen juntos, me encanta como se conocen, como se hacen amigos y empiezan a sentir algo más. No os voy a engañaros: son adorables juntos. Además, me gusta mucho como la autora ha construido su relación, como se conocen de verdad, como dan pasos adelante en conocerse a ellos mismos y al mismo lo que les gusta, también como exploran juntos el amor y el sexo. De la mano viven un montón de primeras veces y es supertierno verlos. Además, me gusta que el conflicto no sea si se quieren o no se quieren, sino otra cosa: el tema dramático del que os hablaré más adelante. Me gusta que nunca se ponga en duda lo mucho que llegan a quererse.

Sin desvelar mucho más aquí van otros de los detalles que también me han gustado mucho. Me encanta la representación del instituto al que van, porque podría ser el mío. De hecho, en mi cabeza el instituto de Osune y Paul es el mío, los he visto en las mismas clases que fui yo, en los mismos pasillos y en los mismos baños. Se nota que la autora se ha empapado de sus años en el instituto porque se ve muy real. También me han encantado las notas que se pasan en clase Osune y Paul, son maravillosas todas, de la primera a la última. Otro detalle que me ha hecho mucha gracia es el pequeño, pero memorable, cameo de los tamagotchis. Y para terminar, las convivencias en la granja escuela por las que todos hemos pasado. La autora juega la carta de la nostalgia para sus lectoras de su misma edad, pero donde las chicas más jóvenes también pueden verse allí sin ningún problema y en definitiva enamorarse de Paul como todas.

Como os comentaba más arriba, el punto negativo de esta historia se lo doy a la trama dramática, el momento más triste que hace que sea también el peor año al mismo tiempo que es el más feliz. Esta trama no empieza a desarrollarse hasta más o menos la mitad del libro, a pesar de que hay pequeñas pistas sobre ella desde los primeros capítulos. Sin desvelar mucho de ellos diré que no me ha terminado de cuadrarme esta trama siendo una persona que no ha vivido de primera mano lo que cuenta, ni tampoco estoy muy informada sobre el tema. Por lo tanto, me fio de lo que me cuenta la autora e incluso así algunos detalles se me han parecido poco verosímiles.

Para ir terminando, a pesar de algunos detalles ha sido una historia que he disfrutado, sobre todo la primera mitad. Es verdad que los personajes secundarios quedan algo desdibujados y lo que ya os he comentado sobre la trama más dramática, pero dejando de lado esto es una historia que ha gustado. Sobre todo me ha gustado que el conflicto que hay entre los dos personajes principales no sea a causa de su amor, es más que evidente desde la primera escena que los ves juntos, sino más bien a causa de que Osune cree que no puede estar viviendo sus años más felices y los más tristes al mismo tiempo. Ella necesita centrarse en esa parta que cree más importante, ya que, todo está pasando muy rápido, le sobrepasa y necesita parar, pero el mundo no dejaba de girar. Es precioso cuando el título cobra sentido y la escena donde aparece esta frase es muy bonita. Esta historia esta llena de escenas preciosas.

Y el mundo no dejaba de girar es una historia juvenil donde vivimos el primer amor, nos enamoramos de Paul junto a Osune y donde vemos a los dos protagonistas crecer. He disfrutado mucho de la parte romántica de esta historia y me gusta mucho el final que les da la autora a Osuna y Paul. También me parece interesante el conflicto de estar viviendo lo mejor y lo peor en un mismo memento. Eso si, la parte más dramática no ha terminado de cuadrarme en algunos aspectos.

Romántica juvenil