BARCELONA N' BOOKS: R | Viaje a un continente de ensueño, de Alba López Paredes

Nándidor #1

Gracias a un estupendo sorteo pude conseguir los tres libros que componen la trilogía de Nándidor. Era una historia que tenía pendiente, pero nunca encontraba el momento para hacerme con ella. Y después de leer el primero estoy segura de que voy a leerla entera este año.

En el primer libro se nos plantea un mundo destrozado. La humanidad se ha cargado el planeta tal y como lo conocemos. Todo es gris y está contaminado. Además, en este mundo aparte de humanos hay otro tipo de criaturas mágicas: los Kescla, que sin llegar a ser magos tienen unas habilidades más desarrolladas. Xégoda es una Kescla y se encuentra en este mundo, un mundo que no le gusta y que quiere cambiar. A partir de un suceso, ella y un chico llamado Frank emprenderán un viaje hacia un continente de ensueño llamado Nándidor. Nándidor representa el paraíso terrenal y es el hogar legitimo de los Kescla. Ahora llegar a él será toda una aventura.

“¿Para qué querían los humanos los libros? Si la gente que gestionaba la programación ya tenía la amabilidad de pensar por ellos, de decirles cómo comportarse y qué palabras tenían que salir por su boca.”

Sin duda lo que más me ha gustado y sorprendido del libro es la ambientación. Alba te describe un planeta totalmente distinto de como es ahora. Destrozado, consumido y caótico. Realmente es muy fácil imaginarse este mundo que mezcla elementos fantásticos con toques de ciencia-ficción. Las ciudades, los paisajes… incluso la población. Me ha sorprendido muchísimo el nivel de descripción de todos estos elementos. Creo que para ella era importante el hecho de plasmar todo ese ambiente gris y nocivo. El contraste de estas descripciones faltas de verde con el final de la historia es muy evidente y hace que todo parezca más brillante. Incluso mágico.

Ligado al tema de la ambientación esta la moral que se esconde detrás de sus palabras. El mensaje esta claro: hay que cuidar el planeta en el que vivimos porque sino podemos acabar destrozándolo. Xégoda repite este concepto a lo largo del libro y le frustra mucho el hecho de no poder hacer nada al respecto, y Frank piensa como ella. No obstante, no me ha terminado de convencer el hecho de que todos los “humanos” sean unos corruptos y contaminen el planeta y, por lo contrario, los Kescla no. Aunque entiendo la necesidad de darle contundencia al tema y etiquetar unos como malos y los otros como buenos. Además, estoy segura de que su autora es una gran amante de la naturaleza y que le encantan los paisajes verdes y las montañas de aire puro.

Lo que menos me ha gustado del libro es la relación que surge entre los dos protagonistas. Xégoda es una chica de dieciseis años –si no voy mal de memoria–, a la que no le gusta el mundo que le ha tocado vivir. Siente frustración delante la situación actual y se refugia en los viejos libros de historia y geografía de sus familia. Frank es un par de años mayor que ella y básicamente más de lo mismo. Al empezar el libro, los dos chicos se conocen de vista, pero se gustan. Creo que todas y todos hemos fantaseado con un chico mayor que nos sonreía en los pasillos del instituto. Esta es la situación. Y de hecho me gusta que al conocerse se gusten todavía más, pero al terminar el libro sienten un amor tan grande que no pueden vivir el uno sin el otro. Creo que aquí se pasa, el viaje dura apenas un par de semanas. Para mi gusto demasiado rápido. De todas formas, este hecho es secundario en la trama; y en realidad no me molesta, ya que, puedes ver como se gustan mutuamente, pero claro gustar y amar son dos verbos muy distintos.

Viaje a un continente de ensueño ha resultado ser una grata sorpresa. Nos encontramos a dos jóvenes protagonistas que sueñan en poder cambiar el mundo y que emprenden un viaje hacia un mundo mejor. En este viaje se van a encontrar todo tipo de dificultades que les harán plantearse si realmente van hacia un futuro mejor o si al final del camino les espera más de lo mismo. Tengo ganas de saber como sigue la historia.