martes, 27 de septiembre de 2016

R | Frankenstein, de Mary Shelley


NOTA: 4/5


“Ahora bien, yo no me someteré a la más abyecta esclavitud. Vengaré mis afrentas. Si no puedo inspirar amor, sembraré el terror, y sobre todo en ti, el peor de mis enemigos, porque juro que el odio más imperecedero caerá sobre mi creador. Ten cuidado. Me consagraré a la tarea de destruirte y no descansaré hasta asolar tu espíritu y hacer que maldigas la hora en que naciste.”

Dicen que a la tercera va la vencida; y en mi caso así ha sido con respecto a la historia de Mary Shelley. Tenía muchas ganas de leer Frankenstein, de hecho hace varios años que lo tengo en casa, pero hasta ahora no he sido capaz de empezarlo y terminarlo.

El mito de Frankenstein es conocido por el público, pero al mismo tiempo desconocido, ya que, simplemente se conoce la creación de la criatura y poco más. Por lo menos, este era mi caso. La historia de Mary Shelley tiene muchos más elementos y esta escena es simplemente esto: una escena de un par de páginas de una novela de más de 200. Con deciros que el monstruo no aparece hasta la página 80 lo dijo todo.

Frankenstein cuenta la historia de Víctor Frankenstein. La narración empieza en su infancia, etapa clave de su vida que influirá posteriormente en su juventud y en su vida como científico e investigador. Probablemente la escena más conocida de toda la novela –la creación y el despertar de la criatura– es la que queda más difusa, ya que, el texto está muy ligado a los estados psicológicos del protagonista y en esa etapa de su vida estaba invadido por el éxtasis de sus descubrimientos y el afán de cambiar la ciencia del momento.

En el personaje de Víctor Frankenstein, Mary Shelley quiere recoger todas las innovaciones tecnológicas y los avances científicos del momento. Ciencias que estaban en pleno auge. La creación de autómatas, de máquinas dotadas de vida, de científicos e investigadores que se creían Dios. Todas estas ideas recogían el pensamiento común de ese tiempo que además se puede ver en muchas de las historias que se escribieron en ese momento. La autora recogió todas esas ideas en su historia, sin profundizar demasiado en ellas.

Un detalle característico de ese tiempo era la asociación de lo bueno con lo bello y lo malo con lo feo. Puede parecer estúpido, pero esto se puede ver en la novela. De hecho, la criatura es mala por que su aspecto es feo y no hay discusión posible al respecto. En ningún momento se plantea la posibilidad de que sea bueno, Frankenstein sabe que ha creado un monstruo al ver lo feo que es y sabe que va a hacer cosas malas antes incluso que la criatura piense en hacer nada.

El monstruo, la criatura que dota de vida Víctor Frankenstein es feo, mal proporcionado y de grandes dimensiones. No obstante, busca la aprobación y el afecto de su creador. Se crea un diálogo entre estos dos personajes y a partir de él podemos conocer mucho mejor a la criatura, su psicología. En mi opinión, esta parte de la historia es la más interesante, la más trabajada y la que Mary Shelley podría haber explotado más. Es interesante ver la otra cara de la moneda y además el lector empatiza con la criatura y se empieza a cuestionar si esta es tan mala como nos quieren hacer creer y si Frankenstein es tan bueno como parecía en un primer momento o simplemente es un científico devorado por su locura.

Antes de terminar me gustaría hablaros de las descripciones, de los paisajes que podemos ver a lo largo de toda la novela. Y es que aunque Mary Shelley es posterior a los autores románticos todavía se pueden ver en su obra características románticas. La más destacada, la descripción de los paisajes, de la naturaleza, e incluso de la climatología que va muy ligada a los estados psicológicos del protagonista.

Mary Shelley escribió Frankenstein de muy joven y aunque es una historia que está bien y a mi me ha gustado mucho, sobre todo aquello que ha querido plasmar, hay algunos aspectos que hace falta revisar. Toda la parte científica y de la creación de la criatura queda muy por encima y esto que representa que es el tema central. No obstante, las descripciones del paisaje son fantásticas y la psicología y la profundidad de los dos protagonistas también. De hecho, se habla incluso de un desdoblamiento del personaje de Víctor Frankenstein al crear su criatura, como diciendo que los dos protagonistas son una misma persona y que representan las dos caras de la misma.

Por último, el estilo de la autora me ha gustado aunque se me ha hecho largo durante casi toda la novela. La historia se divide en tres partes donde la primera esta bien, la segunda me ha encantado y la tercera ha sido eterna.

Como dato curioso. Mary Shelley es de esas autoras que hace spoiler en su propio libro de otros libros. Como veis no estamos inventando nada y esto ya pasaba. Para los curiosos, la joven Mary nos cuenta el final de Las desventuras del joven Werther, la novela más conocida de Goethe y mundialmente conocida en esa época, pero que todo el mundo la conociera no implica que pudiera haber spoileado a algún despistado; o por consiguiente a alguien de nuestro tiempo. No ha sido mi caso, pero me ha hecho gracia comentarlo. Y por cierto, súper recomendada la novela de Goethe.


Frankenstein me ha gustado. Ha sido una lectura de altos y bajos con unas descripciones del paisaje magníficas y una psicología humana que podía haber sido el centro de la historia. La recomiendo a todos aquellos que les gusten los libros con un aire oscuro y que no les de miedo sumergirse en un clásico de la literatura universal.

¿Os ha llamado la atención? ¿Qué conocéis vosotros de Frankenstein?
Un beso.


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