NOTA:
4/5
“Ahora bien, yo no me someteré a la más abyecta esclavitud. Vengaré mis afrentas. Si no puedo inspirar amor, sembraré el terror, y sobre todo en ti, el peor de mis enemigos, porque juro que el odio más imperecedero caerá sobre mi creador. Ten cuidado. Me consagraré a la tarea de destruirte y no descansaré hasta asolar tu espíritu y hacer que maldigas la hora en que naciste.”
Dicen que a
la tercera va la vencida; y en mi caso así ha sido con respecto a la
historia de Mary Shelley. Tenía muchas ganas de leer
Frankenstein, de hecho hace varios años que lo tengo en casa,
pero hasta ahora no he sido capaz de empezarlo y terminarlo.
El mito de
Frankenstein es conocido por el público, pero al mismo tiempo
desconocido, ya que, simplemente se conoce la creación de la
criatura y poco más. Por lo menos, este era mi caso. La historia de
Mary Shelley tiene muchos más elementos y esta escena es
simplemente esto: una escena de un par de páginas de una novela de
más de 200. Con deciros que el monstruo no aparece hasta la página
80 lo dijo todo.
Frankenstein
cuenta la historia de Víctor Frankenstein. La narración empieza en
su infancia, etapa clave de su vida que influirá posteriormente en
su juventud y en su vida como científico e investigador.
Probablemente la escena más conocida de toda la novela –la
creación y el despertar de la criatura– es la que queda más
difusa, ya que, el texto está muy ligado a los
estados psicológicos del protagonista y en esa etapa de su
vida estaba invadido por el éxtasis de sus descubrimientos y el afán
de cambiar la ciencia del momento.
En el
personaje de Víctor Frankenstein, Mary Shelley quiere recoger
todas las innovaciones tecnológicas y los avances científicos del
momento. Ciencias que estaban en pleno auge. La creación de
autómatas, de máquinas dotadas de vida, de científicos e
investigadores que se creían Dios. Todas estas ideas recogían el
pensamiento común de ese tiempo que además se puede ver en muchas
de las historias que se escribieron en ese momento. La autora recogió
todas esas ideas en su historia, sin profundizar demasiado en ellas.
Un detalle
característico de ese tiempo era la asociación
de lo bueno
con lo
bello y lo malo con lo feo. Puede parecer estúpido, pero esto
se puede ver en la novela. De hecho, la criatura es mala por que su
aspecto es feo y no hay discusión posible al respecto. En ningún
momento se plantea la posibilidad de que sea bueno, Frankenstein sabe
que ha creado un monstruo al ver lo feo que es y sabe que va a hacer
cosas malas antes incluso que la criatura piense en hacer nada.
El
monstruo, la criatura que dota de vida Víctor Frankenstein es feo,
mal proporcionado y de grandes dimensiones. No obstante, busca
la aprobación y el afecto de su creador. Se crea un diálogo
entre estos dos personajes y a partir de él podemos conocer mucho
mejor a la criatura, su psicología. En mi opinión, esta
parte de la historia es la más interesante, la más trabajada y la
que Mary Shelley podría haber explotado más. Es interesante
ver la otra cara de la moneda y además el lector empatiza con la
criatura y se empieza a cuestionar si esta es tan mala como nos
quieren hacer creer y si Frankenstein es tan bueno como parecía en
un primer momento o simplemente es un científico devorado por su
locura.
Antes de
terminar me gustaría hablaros de las descripciones, de los paisajes
que podemos ver a lo largo de toda la novela. Y es que aunque Mary
Shelley es posterior a los autores románticos todavía se pueden
ver en su obra características románticas. La más destacada, la
descripción de los paisajes, de la naturaleza, e incluso de la
climatología que va muy ligada a los estados psicológicos del
protagonista.
Mary
Shelley escribió Frankenstein de muy joven y aunque es
una historia que está bien y a mi me ha gustado mucho, sobre todo
aquello que ha querido plasmar, hay algunos aspectos que hace falta
revisar. Toda la parte científica y de la creación de la criatura
queda muy por encima y esto que representa que es el tema central. No
obstante, las descripciones del paisaje son
fantásticas y la psicología y la profundidad de los dos
protagonistas también. De hecho, se habla incluso de un
desdoblamiento del personaje de Víctor Frankenstein al crear su
criatura, como diciendo que los dos protagonistas son una misma
persona y que representan las dos caras de la misma.
Por último,
el estilo de la autora me ha gustado aunque se me
ha hecho largo durante casi toda la
novela. La historia se divide en tres partes donde la primera
esta bien, la segunda me ha encantado y la tercera ha sido eterna.
Como
dato curioso. Mary Shelley es de esas autoras que hace
spoiler en su propio libro de otros libros. Como veis no
estamos inventando nada y esto ya pasaba. Para los curiosos, la joven
Mary nos cuenta el final de Las desventuras del joven Werther, la novela más conocida de Goethe y
mundialmente conocida en esa época, pero que todo el mundo la
conociera no implica que pudiera haber spoileado a
algún despistado; o por consiguiente a alguien de nuestro tiempo. No
ha sido mi caso, pero me ha hecho gracia comentarlo. Y por cierto,
súper recomendada la novela de Goethe.
Frankenstein
me ha gustado. Ha sido una lectura de altos y bajos con unas
descripciones del paisaje magníficas y una psicología humana que
podía haber sido el centro de la historia. La recomiendo a todos
aquellos que les gusten los libros con un aire oscuro y que no les de
miedo sumergirse en un clásico de la literatura universal.
¿Os
ha llamado la atención? ¿Qué conocéis vosotros de Frankenstein?
Un
beso.
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