Harry Potter #6
⭐⭐⭐⭐⭐
Más aventuras, más peligros y la introducción del conflicto final.
Harry Potter i el misteri del príncep me ha gustado mucho, casi tanto como el anterior, aunque el quinto tomo sigue siendo mi favorito. Al fin, en esta nueva aventura conocemos la complejidad del asunto y conseguimos muchas respuestas; la gran mayoría de aquellas preguntas que se habían quedado en el aire en los tomos anteriores se resuelven. A pesar de ser un libro que sobre todo nos prepara para lo que vamos a encontrar en el último no da esta sensación, ya que, está lleno de acción, de misterio y de dramas amorosos.
Este sexto tomo tiene muchos aspectos que me han gustado. Empecemos por el que puede parecer el más trivial de todos: el quidditch. Después de estar todo el tomo anterior sin poder disfrutar de este deporte en este lo he disfrutado el doble e incluso diría que tiene algo más de protagonismo que en los tomos anteriores. Gryffindor tiene nuevo capitán: Harry Potter; por ello vemos un poco más de cerca las pruebas para entrar en el equipo, los entrenamientos y demás problemas que surgen durante la temporada. Con todo lo que está pasando en Hogwarts parece más complicado de lo normal formar un equipo competente y mantenerlo unido. Además, me ha gustado que la autora lo aprovechara para fortalecer lazos entre los diferentes personajes y ver actitudes que hablan más de lo que dicen algunos personajes.
Uno de los acercamientos que potencia el quidditch es el de Harry y Ginny. A cada nuevo tomo parece que estos dos personajes pasan más tiempo juntos y se entienden mejor. De hecho, el tomo anterior podemos empezar a intuir que Harry empieza a sentir algo por ell sin ser él muy consciente de ello y en este nuevo tomo se nos confirma, somos testigos del lío mental que le suponen estos sentimientos hacia ella y más teniendo en cuenta que ella parece no sentir lo mismo hacia él, sin mencionar el comportamiento de Ron hacía los diferentes novios que ha tenido su hermana.
Otro par de personajes que no tienen claros sus sentimientos son Ron y Hermione; que como no: en este sexto tomo también se pasan varios meses sin hablarse por cabezonería y por no aceptar algo que todos vemos y que incluso Harry piensa en más de una ocasión. Si tengo que posicionarme al lado de alguno de los dos, en este caso me pongo al lado de Hermione, ya que, Ron propicia este conflicto por algo que paso varios años atrás.
Entrando en poco en materia, Harry en este nuevo tomo se obsesiona por varias cosas y ya sabemos que cuando Harry se obsesiona por algo suele pasarse de intenso. La primera obsesión es con el personaje de Draco. Es evidente que son dos personajes que no se pueden ni ver desde su primer encuentro en Harry Potter y la piedra filosofal, pero la historia evoluciona de tal forma que Harry no puede evitar sospechar que de que Draco se ha convertido en un mortífago después de los acontecimientos del tomo anterior. ¿Tiene alguna prueba de ello? No, pero si una actitud sospechosa… o eso dice él. Y lo mismo le pasa con el profesor Snape, a pesar de la cantidad de veces que Dumbledore le repite que tiene plena confianza en él, no puede evitar tenerlo cruzado e intentar pillarlo con las manos en la masa. Si su intuición es cierta o falsa, vais a tener que descubrirlo en la historia, pero debo confesar que a veces me saca de quicio esa fijación obsesiva que no le deja ver más allá de lo que tiene delante.
La segunda obsesión, es con el libro de pociones de sexto curso. Harry no esperaba cursar pociones este año, por ello no tiene el libro para clase y mientras le llega el suyo empieza a usar uno de segunda mano. Dicho libro está lleno de anotaciones de las que saca mucho provecho, tanto que incluso consigue superar a Hermione y ser el favorito del nuevo profesor del que hablaremos más adelante. La obsesión de Harry viene por descubrir quién era su antiguo dueño, un alumno que se hacía llamar príncipe mestizo.
Como ya viene siendo tradición, para este nuevo curso también tienen un nuevo profesor para la asignatura de Defensa contra las artes oscuras que para sorpresa de todos es ni más ni menos que el profesor Snape que al fin consigue su plaza soñada. Por lo tanto, tenemos nuevo profesor de pociones que será Horace Slughorn antiguo profesor de Hogwarts que vuelve a dar clases por petición de Dumbledore y medio sobornado por la presencia de Harry. Me pareció muy gracioso como nos presenta JK Rowling el nuevo personaje; además, es excéntrico, bastante pelota con aquellos alumnos sobresalientes, pero no al estilo Gilderoy Lockhart, y además, tiene un club exclusivo, para llamarlo de alguna forma, que agrupa todos aquellos alumnos que son más notables y del que antiguamente un joven Lord Voldemort también era miembro.
No obstante, la trama que más me ha gustado es la que tiene como protagonistas al profesor Dumbledore y a Harry Potter. Al fin, se han dado cuenta de que Harry necesita saber que pasó para poder estar preparado en el momento que le toque enfrentarse a ello. Esta preparación consiste en unas clases particulares donde sin entrar mucho en materia Dumbledore le cuenta como conoció a Voldemort, como fue su paso por Hogwarts y cuál cree que es el plan de este; y claro está: como podrían frenarlo. Además, me ha gustado como se nos presenta esta información, no de golpe, sino que vamos descubriendo el pasado de Voldemort a lo largo de todo el año académico, en diferentes momentos y sin olvidar que esta no es la trama principal. Eso nos permite ir procesándola despacio e intentar atar cabos sueltos. Con todo esto, también aparecen por primera vez los horrocruxes, elemento clave para el séptimo y último tomo de la saga.
Harry Potter i el misteri del príncep me ha gustado bastante. En este nuevo tomo tenemos varias tramas abiertas y además, nos sirve de introducción de lo que nos vamos a encontrar en el último tomo de la saga. Lo que más he disfrutado es de la trama con de Harry con Dumbledore y las relaciones entre los diferentes personajes.
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